Heliocentrismo climático y otras formas de dejar de preocuparse y amar la bomba

Esta entrada llega con mucho retraso. Ya en agosto, en el episodio 230 de Coffee Break: Señal y Ruido[1], respondí a la pregunta de un oyente sobre si el Sol podría ser responsable del cambio climático emplazándole a leer este artículo que había empezado a escribir por aquellos días. No sabía yo entonces que me aguardaban cuatro meses con tanto trabajo que me impedirían acabarlo hasta ahora. He perdido la oportunidad de hilarlo con cualquier ola de calor veraniega (sí, es una ironía) e incluso de aprovechar el tirón de la Cumbre Climática de la ONU, la COP25, que se acaba de celebrar en Madrid[2]. Pero en realidad es mejor así. Para hablar del calentamiento global conviene hacerlo en frío. Parece ser que el primer y mayor impacto del calentamiento tiene lugar en las cabezas de la gente. En este artículo haré uso del término "negacionista" para referirme no a las personas que se muestran escépticas respecto a la idea del cambio climático antropogénico sino, en un sentido más restrictivo, a aquellas que consciente o inconscientemente tienen más interés en defender esta tesis que en conocer la verdad empírica, ya sea por estar motivados por intereses económicos, por afinidades ideológicas o cualquier otro motivo.

Cuando hablamos de cambio climático o calentamiento global, uno podría en principio referirse a cualquier variación de los parámetros climáticos que haya sufrido nuestro planeta a lo largo de su historia. Sin embargo, en el contexto de la discusión que nos atañe y salvo que se especifique lo contrario, nos vamos a referir a la variación experimentada en los últimos 100 años aproximadamente. Esta variación está muy bien definida, como veremos, por un calentamiento de carácter rápido y abrupto a partir del siglo XX (curva verde en la Figura 1). No es el objetivo de este artículo buscar culpables, algo en lo que parece centrarse el acalorado debate social, sino en identificar causas, consecuencias y posibles soluciones o medidas mitigadoras. Para ello hay que alejarse de los adoctrinamientos ideológicos, demagogias y mojigaterías que suelen acompañar a estas discusiones y, como con todas las cosas realmente importantes, analizar la evidencia de forma desapasionada y, por supuesto, fría (vale, ya paro con la gracieta).

Variaciones climáticas

Nuestro planeta es un sistema dinámico y se ve afectado tanto por las variaciones en su entorno espacial como por sus propios procesos internos. Normalmente estas variaciones tienen lugar en escalas de tiempo características que suelen ser muy largas, de miles de años o más. La Figura 1 nos muestra cómo ha variado la temperatura media del planeta a lo largo de más de 20,000 años. 
Figura 1: Variación de la temperatura media del planeta a lo largo de más de 20,000 años. Eje y: Anomalía de temperatura, definida como la diferencia respecto al promedio de temperaturas entre 1950 y 1980. Eje x: Años (Era Común). Composición de datos de diferentes fuentes, detalles en el texto.
En la figura he hecho una composición con datos que provienen de tres fuentes diferentes y se representan en diferentes colores. La curva azul, que se extiende más atrás en el tiempo hasta el final de la última glaciación, está obtenida con datos de Clark et al (2016)[3]. La curva naranja, que da la variación a lo largo de los últimos 2,000 años, es de Moberg et al (2005)[4]. Finalmente, la curva verde representa los datos del registro de temperaturas medias desde 1880 recopilado por NASA GISTEMP[5][6]. Los números son revisados ocasionalmente según se actualizan las técnicas de análisis y la homogeneización de las medidas realizadas por los diferentes instrumentos pero estas variaciones son muy pequeñas y no afectan a la forma de la curva ni las conclusiones que se puedan derivar de su análisis.

En la gráfica podemos ver que, efectivamente, el planeta ha sufrido variaciones de temperatura más grandes pero en escalas temporales muy largas. Estamos hablando de la salida de una glaciación, con un calentamiento medio de 4 grados a lo largo de 10,000 años. Sin embargo, la curva verde se destaca claramente del resto por el súbito ascenso en un tiempo muy breve. Veamos en más detalle el registro histórico reciente en la siguiente gráfica.
Figura 2: Ampliación de la Figura 1 para mostrar la variación a lo largo de los últimos 2,000 años. Composición de datos de diferentes fuentes, detalles en el texto.
De nuevo comprobamos que, si bien el clima ha experimentado variaciones en los últimos 2,000 años, ninguna es comparable a la de los últimos 100. 

Queda claro que el período de tiempo que va desde 1,880 hasta la actualidad (la curva verde) es peculiar. Desde cualquier punto de vista las últimas décadas son anómalas en el registro climático por la rapidez con la que se ha venido incrementando la temperatura. Mantengamos en mente estas figuras y el rápido ascenso marcado en verde porque volveremos a referirnos a ellas con frecuencia en este artículo.

¿Es debido al Sol?

Hubo una época en la que los negacionistas climáticos negaban que se estuviera produciendo un incremento de temperatura. Sin embargo, a día de hoy la evidencia es tan abrumadora que ya no pueden seguir sosteniendo esa postura. Así que para afirmar que no debemos preocuparnos y que podemos seguir quemando combustibles fósiles sin medida, necesitan recurrir a otros argumentos. Uno de los más utilizados en los últimos años es el Sol, llevando el cambio climático antropogénico a un origen heliocéntrico en lo que constituye una auténtica segunda revolución copernicana. Sin duda audaz... pero falaz. La estrategia de fondo no es nueva, consiste en complicar el debate metiendo factores irrelevantes para la cuestión que son difíciles de modelar. Dada la complejidad tanto del Sol como del sistema climático terrestre, uno siempre puede perderse en un laberinto de pequeños detalles inciertos para llevar la discusión a una apariencia de "duda razonable". Sin embargo, existe un contraargumento muy simple y claro que se aplica a muchos de los argumentos negacionistas. Como vimos antes, los últimos cien años son peculiares en el registro climático, al menos de los últimos 20,000 años. Si uno quiere decir que el Sol (o cualquier otro elemento) es responsable de ese cambio, entonces tendría que estar haciendo algo anómalo que no había hecho en los 20,000 años anteriores. Y no, no hay nada anómalo en el Sol ni en la cantidad de energía que produce. Lo único anómalo en los últimos 100 años es que ahora hay una especie sobre el planeta cambiando la composición química de la atmósfera con la emisión de cantidades significativas de gases industriales. Blanco y en botella. Pero veamos los planteamientos más en detalle:

1. El Sol es la fuente de calor de la Tierra, ¿no es lógico que sus variaciones afecten a la temperatura terrestre? 
Efectivamente, el Sol es la fuente última de energía que pone en marcha todo el sistema climático terrestre. Si tuviera variaciones, sin duda sería un factor importante. Pero no las tiene. El Sol es una fuente de energía extremadamente constante. No en vano, a la cantidad de energía que produce por unidad de tiempo se la denomina "la constante solar". Por supuesto no es perfectamente constante. Tiene pequeñas variaciones y hace tiempo que las registramos en detalle con instrumentos a bordo de satélites. Existe una pequeña variación, del orden de una milésima, a lo largo del ciclo solar, que tiene una periodicidad de aproximadamente 11 años. Pero es que de un ciclo al siguiente vuelve al mismo valor. No existen cambios significativos entre ciclos. Esta gráfica nos muestra las medidas de la constante solar llevadas a cabo por varios instrumentos[7] en las últimas décadas.
Figura 3: Variación de la irradiancia solar total (TSI) a lo largo de los últimos ciclos solares
Vemos que la irradiancia varía con el ciclo solar (está muy fuertemente correlacionada con el número de manchas) pero la variación es muy pequeña, de 1 en 1,366 (menos de una milésima parte). Además no se observa que varíe significativamente a largo plazo, vuelve al mismo valor tras cada ciclo. En contraste, esta es la variación de la temperatura en la Tierra para el mismo período de tiempo:
Figura 4: Variación de la temperatura terrestre en el mismo periodo de tiempo mostrado en la Figura 3
En conclusión, no existen variaciones en el Sol, o en la cantidad de energía que emite, que justifiquen el calentamiento global.

2. Pero la actividad solar puede afectar al clima de la Tierra
La actividad solar es cíclica, con una variación de 11 años, si bien es cierto que este ciclo puede variar a largo plazo incluso en escalas de siglos. Vimos anteriormente en la Figura 3 que la energía total emitida por el Sol varía muy poco a lo largo de un ciclo, menos de una milésima parte. Sin embargo, siendo rigurosos, no podemos descartar a priori que una pequeña variación pueda tener efectos significativos sobre un sistema complejo como es el clima terrestre. Por ejemplo podemos argumentar que la variación de energía emitida no es uniforme en todo el espectro. En el ultravioleta, durante el máximo del ciclo se emite un 10% más de radiación. No es descartable que esta pequeña variación pueda causar efectos significativos. De hecho es un tema de debate científico legítimo en la actualidad[8]. Otro ejemplo es la variación del campo magnético solar, que es muy diferente tanto en intensidad como en topología entre el máximo y el mínimo. Se sabe que la cantidad de rayos cósmicos que bombardean la Tierra está modulada por el ciclo solar[9] y esto podría influir por ejemplo en la formación de nubes[10]. Todo esto forma parte del debate científico actual y se está investigando sobre estos temas. Ahora bien, no nos confundamos. El cambio climático, es decir, la curva verde de las figuras 1 y 2, no es debido a la actividad solar. Para entenderlo, solo tenemos que recordar que el ciclo solar se repite cada 11 años, que lleva ocurriendo millones de años y sin embargo el aumento brusco que muestra la línea verde no se ha visto antes en 20,000 años de registros de temperatura. 

En la siguiente gráfica he representado la actividad solar desde el año 1,700 hasta la actualidad, medida según el número promedio de manchas anuales[11] junto con la anomalía de temperatura en ese mismo período. La actividad solar se muestra en azul, la temperatura en naranja con el período de cambio climático antropogénico del último siglo resaltado en color verde.
Figura 5: Actividad solar (línea azul) a lo largo de los últimos 300 años representada junto a la temperatura promedio (naranja y verde). Se resalta en color verde el calentamiento anómalo de los últimos 100 años. Fuente de los datos en el texto.

La curva azul muestra los máximos y mínimos de la actividad solar fluctuando con un periodo de 11 años. Vemos que las variaciones de la actividad solar no tienen relación con el brusco aumento de temperatura terrestre del último siglo (verde). Podemos darle incluso más vueltas y representar un scatter plot de actividad solar frente a temperatura media de la Tierra donde, de nuevo, se ve que nada de nada:
Figura 6: Scatter plot de la actividad solar (eje x) frente a la temperatura media del planeta (eje y), desde el año 1700 hasta la actualidad. Fuente de los datos en el texto.
Es posible que periodos muy prolongados de actividad anómala, como por ejemplo los grandes mínimos en los que la actividad solar estuvo suprimida durante varias décadas, pudieran haber tenido algún pequeño efecto climático. Por ejemplo, el último de estos casos es el conocido como "mínimo de Maunder". Se trata de un período de 70 años entre 1,645 y 1,715 en el que prácticamente no se registraron manchas solares. Algunos investigadores sostienen que una actividad anómalamente baja tan prolongada en el tiempo pudo haber dado lugar a una pequeña bajada de la temperatura global del planeta. Sin embargo, ni siquiera en este caso la relación es clara y, de hecho, las investigaciones más recientes apuntan más bien a que no existe[12]. En cualquier caso, este debate es irrelevante sobre la situación actual y el problema del cambio climático, ya que no nos encontramos en ningún periodo anómalo de actividad solar, como vemos en la Figura 5. Introducir estos eventos de grandes mínimos en la discusión sobre el origen del cambio climático suele obedecer únicamente a un interés en complicar la discusión con debates irrelevantes (aunque ciertamente interesantes en su adecuado contexto científico).

3. No me engañas. He visto en internet que la NASA ha ocultado una página en la que admite que el Sol es el causante del cambio climático
Algunas webs negacionistas han estado promoviendo una historia según la cual en una página de la NASA de 2010 se reconocía que el Sol era el responsable del cambio climático actual y no los índices elevados de CO2. Por ejemplo, esta página de JoNova[13]. Los enlaces a terceras fuentes con el contenido de esa supuesta "página oculta" no funcionan aunque, según ellos, conservan alguna captura de pantalla que reproduzco aquí:
Esta captura está en la página de JoNova y, no existiendo ya las referencias, no he podido verificar su autenticidad. Aun así, creo que podemos trabajar con la hipótesis de que el pantallazo es legítimo porque, si realmente nos molestamos en leer lo que dice, vemos que es todo absolutamente correcto y realmente no apoya la tesis negacionista de la forma en que ellos sugieren. Puestos a manipular, es esperable que hubieran hecho algo mucho más favorable a sus intereses. Lo que hacen es recurrir a descontextualizar algunas afirmaciones creando una impresión equivocada en el público que no tenga una base sólida en astronomía o en la historia climática de la Tierra. Por ejemplo, JoNova resalta en negrita afirmaciones como las siguientes: "El Sol es la fuerza primaria que domina el sistema climático de la Tierra". Esto es cierto pero no contradice en nada el cambio climático antropogénico, véase la respuesta a la pregunta 1. El Sol es muy importante pero no varía. Por tanto, la rápida variación de temperatura en el último siglo no es causada por el Sol.

La web JoNova también resalta en negrita una frase muy importante que, siendo cierta, confunde al lector con escasa cultura científica. Traduciendo del inglés sería algo así: "Según los modelos de los científicos de la órbita y orientación de la Tierra hacia el Sol, nuestro planeta debería estar comenzando a entrar en un nuevo periodo de enfriamiento - quizás la próxima era glaciar". Si uno no sabe de astronomía, esta frase nos transmite una idea equivocada. Está hablando de las variaciones cíclicas en parámetros orbitales de la Tierra debidas a precesión orbital, precesión del eje de rotación, etc, que dan lugar a lo que se conoce como los ciclos de Milankovitch. Estos ciclos operan en escalas temporales del orden de cien mil años y, por tanto, son irrelevantes para la discusión sobre el cambio climático de los últimos 100 años. Tenemos registros de temperaturas que se proyectan casi un millón de años hacia atrás en el tiempo y muestran claramente el efecto de estos ciclos, con eras glaciales en las que la temperatura promedio del planeta era 5 grados más baja. En la siguiente figura podemos ver la variación a lo largo de los últimos 800,000 años publicada por Shakun et al. (2015)[14].
Figura 7: Variación de la temperatura global a lo largo de los últimos 800,000 años, mostrando los ciclos de Milankovitch. Fuente: Shakun et al (2015).
Como se aprecia en la gráfica, los periodos característicos de las glaciaciones y las variaciones debidas a los ciclos astronómicos son del orden de 100,000 años. Cuando la frase en cuestión cita que estamos "a las puertas de un nuevo enfriamiento - quizás una nueva era glaciar", se está refiriendo a algo que ocurriría dentro de 50,000 años[15] (aunque la influencia humana lo retrasaría mucho más[16]). Para un científico es fácil comprender la importancia de la separación de escalas temperales entre décadas o siglos, que es de lo que hablamos habitualmente cuando nos referimos al cambio climático, a decenas o cientos de miles de años, que es de lo que hablamos al referirnos a los ciclos astronómicos. Ambas discusiones están totalmente desconectadas y no tienen nada que ver. Sin embargo, es fácil confundir con frases de este tipo a un ciudadano sin los conocimientos adecuados o que no entienda estos conceptos de separación de escalas. Y, por cierto, esta discusión es un ejemplo perfecto de por qué insistimos tanto en que la cultura científica es ahora más importante que nunca. Dejar de preocuparse por el calentamiento global antropocéntrico argumentando que vamos hacia una glaciación es como que te bajen el sueldo y te digan que no te preocupes porque la economía global está subiendo.

Por último, en la citada web de JoNova se resalta en negrita otra frase del pantallazo en la que se afirma que existen efectos más importantes que la concentración de CO2, como son la presencia de aerosoles, el brillo superficial (albedo) o las nubes. De nuevo, es cierto pero puede confundir al lector no instruido. Esos otros factores no han experimentado grandes variaciones que puedan justificar el aumento de temperaturas o, si lo han hecho, deben ser resultados colaterales de la industrialización porque, como hemos visto en la Figura 1, el periodo de calentamiento global antropogénico es anómalo en todo el registro histórico. No existe explicación natural que explique cambios en estos otros factores (nubes, aerosoles o albedo) justo coincidiendo con el desarrollo industrial. La excepción es el albedo, que sí está cambiando (para mal) a medida que los hielos se derriten por el calentamiento global. El hielo es muy altamente reflectante y contribuye a refrescar el planeta devolviendo mucha luz solar al espacio. La pérdida de superficies heladas es un efecto importante que provoca la realimentación del ciclo de calentamiento global.

Por tanto, aunque esta supuesta página eliminada de la NASA fuera real, vemos que no dice nada que contradiga el consenso actual sobre el cambio climático, más allá de que algunas frases sacadas de contexto puedan ser utilizadas por webs negacionistas como JoNova para desinformar al público no versado en estos temas. Apelar a supuestas conspiraciones de la NASA pone a estos grupos al mismo nivel que los terraplanistas o los de la conspiración lunar.

4. He leído que un científico muy respetable no cree en el cambio climático antropogénico
Este es un argumento que, de nuevo, intenta explotar la escasa cultura científica del público. No me estoy refiriendo a la falta de conocimientos sobre un tema en concreto sino al proceso en sí, a cómo funciona la ciencia. En nuestra sociedad, es común el uso del argumento de autoridad. Si fulanito dice algo y fulanito es alguien con una alta reputación, entonces es muy probable que lo que ha dicho sea cierto. Esto es útil en muchos contextos pero no para la ciencia, que decidió abolir esta práctica hace ya mucho tiempo. Desde 1660, el eslógan de la Royal Society británica es la frase en latín "Nullius in verba", algo así como que "las palabras no valen", en referencia a que no importa lo que uno diga sino los datos y argumentos que aporte. En la actualidad existen cerca de 8 millones de científicos en el mundo. Por supuesto que alguno es negacionista climático, es una simple cuestión de probabilidad. También podemos verlo en otras áreas. Por ejemplo, eminentes astrofísicos que creen que naves extraterrestres nos visitan[17], biólogos que reniegan de la evolución y creen en el creacionismo (que todas las criaturas vivas fueron creadas a la vez en la Tierra)[18] o médicos que recomiendan homeopatía u otras terapias que no funcionan[19].

5. ¡Hay un paper nuevo que desmiente el cambio climático! ¡Es culpa de las nubes!
Un argumento muy socorrido es invocar algún paper científico reciente, a ser posible desconocido para el interlocutor, dando la impresión de que uno sabe más y cuenta con el respaldo de los descubrimientos más recientes. Esta estrategia funciona mejor si el paper al que se alude es poco conocido y está publicado en una revista de escasa repercusión, de manera que podemos sorprender incluso a un experto en ciencia climática. A veces ni siquiera se trata de un paper científico, sino de cualquier blog de internet, un libro o un artículo publicado en alguna revista de difusión general. El último de estos en popularizarse por las redes sociales es un borrador titulado "No experimental evidence for the significant anthropogenic climate change", o "No hay evidencia experimental del cambio climático antropogénico", publicado el pasado Junio por los autores finlandeses J. Kauppinen y P. Malmi. Este documento no es lo que llamamos un paper científico, no ha pasado el preceptivo proceso de revisión por pares ni ha sido publicado por una revista independiente reconocida en el campo. Se trata de un artículo que se ha subido al servidor arXiv, un repositorio de internet de artículos donde los investigadores comparten sus trabajos pero que no tiene filtrado de revisión por pares. Además de esto no proporciona los datos en que se basa ni las fuentes en que contrastarlos, estando algunos de los datos presentados en flagrante contradicción con publicaciones anteriores contrastadas y verificadas por diferentes grupos. Dicho esto, ¿tiene sentido lo que proponen los autores de este artículo? Ninguno. Lo que se dice aquí es básicamente que los modelos climáticos no tienen en cuenta el efecto de las nubes bajas, algo que ellos sí saben hacer. Entonces los modelos están mal, subestiman el efecto de las nubes y atribuyen el calentamiento al CO2. En cambio, estos dos finlandeses sí saben calcular el efecto de las nubes bajas y en este artículo lo presentan, algo que miles de científicos en diferentes grupos de investigación de diferentes países, que llevan muchos años usando los superordenadores más potentes, seguramente agradecerán. Me los imagino en sus oficinas "¡Mecachis! ¿Cómo se nos pasó tener en cuenta las nubes?". Bueno, pues no contentos con esto dicen que el calentamiento global antropocéntrico no existe, solo es un efecto de atribuir al CO2 la fracción del aumento de temperatura que los modelos climáticos no son capaces de explicar. Y, como no han tenido en cuenta lo de las nubes, pues les sale que la contribución natural es pequeña y el resto del calentamiento debe ser artificial. Por suerte, estos autores corrigen ese problema, calculan que las nubes son responsables de una gran fracción de la variación de temperatura y, por tanto, queda muy poquito aumento de temperatura que atribuir al CO2.

Dejando de lado lo disparatado del planetamiento anterior y la falsedad de que el cambio climático es la diferencia entre lo que los modelos calculan y lo que se observa, el resultado fundamental del artículo es que durante el último siglo no solo ha aumentado el CO2 sino también la humedad. Lo que todo el mundo entiende es que la emisión de CO2 a la atmósfera hace aumentar la temperatura y esto hace que la humedad presente en el aire aumente. Sin embargo, aquí le dan la vuelta al asunto. Dicen que lo que ocurre en realidad es que ha aumentado la humedad y eso ha hecho subir la temperatura. ¿Y el CO2? Nada que ver con el ser humano. Es que al aumentar la temperatura sale CO2 del mar. No hace falta ser experto para darse cuenta de que el artículo es un despropósito pero para no perdernos en los detalles técnicos, vamos a pensar en una cuestión muy simple. Volvamos (una vez más) a las Figuras 1 y 2. Fijémonos en la evolución de la temperatura a lo largo de 20,000 años y luego miremos la línea verde, la evolución a lo largo de los útlimos 100. ¿Realmente nos están intentando convencer de que ese rápido aumento de la línea verde es debido a las nubes bajas? Entonces ¿qué es lo que ha cambiado en los últimos 100 años, si no es la acción del ser humano, que no había ocurrido antes en 20,000 años? No solo no hay respuesta en el artículo, sino que ni siquiera se plantea esta pregunta.

6. ¡Pero sí hay un paper científico de verdad que cuestiona el cambio climático!
De nuevo, hay un problema de falta de cultura científica en nuestra sociedad que hace que, cada vez que sale un paper sobre cualquier tema, aparece en los medios de comunicación como la verdad absoluta con titulares como "descubren que" o "la ciencia afirma que". En realidad se debería decir "aparecen nuevos indicios de que" o "un grupo de investigación afirma que". La ciencia de frontera vive en continuo debate sobre los temas que no están bien asentados y ocasionalmente aparecen papers con ideas alternativas incluso a conceptos bien asentados. Esto es así porque, al contrario de lo que piensan algunos, la ciencia no es dogmática sino que es muy abierta. Uno puede perfectamente cuestionar incluso los pilares mismos del edificio científico, siempre que lo haga sometiéndose a los protocolos de rigor establecidos. Si mañana aparece un paper "de verdad", con revisión por pares y todo, afirmando que el cambio climático no existe, eso no lo convertiría automáticamente en la verdad científica. Simplemente querría decir que quizás hay indicios para el debate. Y solo después de que el debate se haya asentado y resuelto, alcanzándose un consenso por parte de la comunidad, entonces se podrá considerar como la verdad científica. Esta verdad siempre estará sujeta a revisión pero una vez que se alcanza, rara vez se ha demostrado falsa. Lo que suele ocurrir es que la teoría se generaliza, englobándola en un contexto más amplio. Pero normalmente no se retractan ideas bien establecidas. Por ejemplo, la gravedad de Newton no deja de ser válida con la introducción de la relatividad general. Los cuerpos en la Tierra siguen cayendo a 9,8 m/s^2, solo que ahora tenemos más capacidad para entender otros fenómenos como agujeros negros o gravitondas. Para que no nos llevemos las manos a la cabeza cuando aparezca un paper negando el cambio climático, pensemos por ejemplo que existen papers en revistas especializadas de biología donde se niega la evolución y se aboga por teorías de diseño inteligente[20]. Son una minoría muy minoritaria pero sí, existen biólogos creacionistas y no por eso "la ciencia afirma que Dios existe".

7. Uno no, hay...  ¡más de 600 papers científicos que cuestionan el cambio climático!
En algunas webs negacionistas se publicita una lista de nada menos que 625 papers que supuestamente cuestionan el cambio climático, o al menos su carácter antropogénico, atribuyéndolo a un origen solar[21]. Parece cuando menos sorprendente. Ya hemos visto antes que es muy fácil confundir a un lector casual sacando frases de contexto o mezclando escalas temporales. Para realmente entender lo que dice un paper, uno tiene que invertir un tiempo considerable en leerlo con cierto cuidado. Obviamente es imposible para mí entrar a analizar en detalle todos y cada uno de estos 600 artículos (uno se pregunta si no será esa la motivación de publicar una lista tan larga). Pero sí podemos empezar a analizar algunos y ver qué pasa. Para evitar ser acusado de cherry picking, decido de antemano analizar los primeros papers de la lista, un criterio de selección muy claro y poco arbitrario. Como la lista está subdividida por años, tomaré el primero de cada año.


  • 2012: Tung & Zhou [22]. Irrelevante. Este paper lo que dice es que existe una oscilación de fondo en la temperatura global y que la componente antropogénica en la segunda mitad del siglo XX es solo la mitad del calentamiento que observamos. Es decir, no cuestiona que exista ni su origen antropogénico, solo la cantidad. Francamente, el calentamiento es tan brutal (insisto, miren la curva verde en las figuras 1 y 2) que un factor 2 arriba o abajo no vale la pena ni discutirlo. Aunque estos autores tuvieran razón, no cambiaría nada el panorama general en términos cualitativos, solo los detalles cuantiativos. Además es curioso que este paper se use para defender que el calentamiento es debido al Sol porque dice explícitamente en el resumen: "Solar contribution is found to be minimal for the second half of the 20th century and less than 10% for the first half", o traducido, "encontramos que la contribuión solar es mínima en la segunda mitad del siglo XX y menos del 10% en la primera mitad". Da la impresión de que la gente que hace estas webs ni siquiera se molesta en leer los papers que cita. Simplemente los ponen para dar apariencia de ciencia (justamente la definición de pseudociencia). Por cierto, me llamó la atención que al comparar la irradiancia solar con el calentamiento en este paper usaran, de todas las propuestas existentes (no se conoce la variación de la irradiancia solar antes de las medidas de satélite en los años 1980) fueran a usar la más antigua, que es justamente la que da una mayor variación en el siglo XX (ver, por ejemplo, la figura 8 en Kopp 2016[23]). En cualquier caso, lo dicho: Este paper no solo no es negacionista sino todo lo contrario. Confirma la existencia de un calentamiento antropogénico, solo discute el ritmo reduciéndolo a la mitad.
  • 2013: Ningún paper en la lista (¿no encontraron ninguno ese año? ???)
  • 2014: Ogurtsov et al. [24]. Irrelevante. En este paper dicen encontrar una variación cíclica muy débil de la temperatura en latitudes muy altas, prácticamente en el Ártico (la península de Taimyr). En realidad habría dos variaciones, una de uno 65 años y otra de unos 130. Esta variación habría venido existido con una amplitud constante desde 1,600. Pero aquí no estamos discutiendo la temperatura en latitudes muy altas ni variaciones periódicas. Volvamos a mirar la curva verde en las Figuras 1 y 2. 
  • 2015: Tiwari et al. [25]. Irrelevante. Aquí se examina el origen de las fluctuaciones periódicas de temperatura en la India. De hecho en el propio resumen al principio del artículo dicen que "[...]indicating a monotonic rise in temperature probably due to greenhouse gases and other forcing", es decir "[...]indicando un aumento monótono de temperaturas probablemente debido a gases de efecto invernadero y otros factores". De nuevo, me pregunto si la gente que compila estas listas realmente lee algo de los papers que citan. En el paper hacen un análisis PCA de la serie temporal. Dejan de lado esta primera componente de aumento mónotono de temperatura, que está representada en la primera componente de PCA, y se centran en las otras (del 2 al 9) donde encuentran fluctuaciones periódicas de temperatura. Son estas fluctuaciones periódicas las que afirman que están relacionadas con el acoplamiento entre la Oscilación Meridional de El Niño y el ciclo solar. Insisto, todo esto después de haber filtrado la primera componente, la más importante, que es el calentamiento debido a gases de efecto invernadero. Otra vez nos encontramos con un paper que no es negacionista sino todo lo contrario.
  • 2016: Moreno et al. [26]. Irrelevante. En este paper, los autores examinan datos sobre la fecha de la vendimia en la región de Minho, en Portugal, y encuentran que está correlacionada con las temperaturas máximas registradas durante el verano. Extrapolando esta correlación a las fechas de vendimia que encuentran en periódicos antiguos, producen una recontrucción de temperaturas en la región hasta 1,855. En esta reconstrucción de temperatura, los autores encuentran que no hay calentamiento global. Todo esto está muy bien pero, aunque nos creamos a pies juntillas estas temperaturas sacadas de la vendimia, el resultado no dejaría de ser de aplicación regional. Esto no tiene nada que ver con el calentamiento global. De hecho, es bien conocido que algunas zonas del mundo no solo no se han calentado sino que se han enfriado[27]. En conclusión, un paper pintoresco pero no tiene nada que ver con la discusión.
  • 2017: Yan et al. [28]. Irrelevante. Se trata de un caso similar al anterior en el que se analiza una región en concreto. Insisto en que, en la discusión sobre el calentamiento global, estamos refiriéndonos siempre a las temperaturas medias del planeta. Una región en concreto puede sufrir una historia climática propia diferente a la del promedio del planeta, al igual que un individuo concreto puede tener una historia completamente diferente a la del ciudadano promedio. Este paper es interesante en el contexto de la discusión sobre si los grandes mínimos solares, como el mínimo de Maunder, han tenido efecto sobre el clima planetario. Pero es irrelevante en la discusión actual sobre el origen del cambio climático antropogénico.
  • 2018: Ningún paper. Dicen que hay 60 pero no enlazan ninguno.

En conclusión, ninguno de los papers analizados apoya el negacionismo climático sino que debaten otras cuestiones. En realidad, algunos incluso confirman el calentamiento global antropocéntrico. ¡Recordemos que estamos hablando de los papers que esgrimen estas webs negacionistas para apoyar sus tesis sobre heliocentrismo climático!

8. El consenso científico no es la verdad
Correcto. La verdad no es democrática. Pero uno tiene más probabilidades de encontrarla si escucha a los expertos. A menudo, los escépticos esgrimen el caso de los "100 autores contra Einstein"[29] y la legendaria respuesta del aludido: "Si estuviera equivocado, bastaría con uno solo". Sin embargo, sería un error perder la perspectiva de que en aquella época el consenso científico estaba firmemente con la relatividad general y eran unos pocos autores los que la repudiaban. Por mucho que juntaran 100 firmas, eran la postura minoritaria, al igual que lo es ahora la de los negacionistas. Pero la pregunta es legítima. ¿Apelar al consenso no es una falacia de autoridad? Sí, lo es. Pero es que el consenso no se pretende usar como argumento en el debate científico para demostrar el cambio climático. Eso lo demuestran los datos. El consenso se usa en otra batalla, la de la opinión pública, para orientar al ciudadano. Hemos visto a lo largo del presente artículo que el negacionismo a menudo busca confundir esgrimiendo argumentos y papers (o cosas parecidas) que revisten su discurso de apariencia de verosimilitud científica. El ciudadano sin conocimientos científicos, y aún más el carente de cultura científica, puede (y suele) verse condicionado por esta apariencia y llegar a convencerse que realmente el negacionismo cuenta con un cierto aval científico. Es a este ciudadano al que va dirigido el argumento del consenso, para hacerle entender que los expertos rechazan esas ideas de forma prácticamente unánime. Igualmente podríamos argumentar que existe un gran consenso en la geología y las ciencias de la vida sobre la validez de la teoría de la evolución de las especies.

9. Pero el planeta ha estado más caliente en el pasado y ha sobrevivido
Es cierto que ha habido variaciones mayores que la actual en la historia del planeta, aunque no tenemos constancia de ninguna tan rápida. De todas formas lo importante no es eso, por supuesto que el planeta ha sobrevivido a cambios anteriores en su historia y sobrevivirá a cualquier cosa que hagamos los seres humanos. Las hipérboles tan socorridas en nuestro tiempo en el sentido de que "nos estamos cargando el planeta" o "tenemos que salvar la Tierra" transmiten una idea incorrecta. El planeta seguirá existiendo, no podemos "cargárnoslo" aunque queramos. Lo que sí podemos hacer, y estamos haciendo, es cambiarlo. Y esos cambios no nos van a gustar. En estas expresiones lo que subyacen son manifestaciones de arrogancia y soberbia humanas. No es una cuestión de generosidad o altruismo. No se trata de salvar el planeta sino a nosotros mismos. Las consecuencias del calentamiento global no son las de un gran evento apocalíptico de destrucción global. Son consecuencias sobre el estilo y la calidad de vida de las futuras generaciones, como la aparición de enfermedades tropicales en latitudes más altas, aumento de la pobreza, hambrunas, fuertes flujos migratorios (refugiados climáticos), conflictos sociales, cambios y redistribución de áreas de cultivo y ganadería, más eventos de meteorología extrema, conflictos bélicos, etc. Los negacionistas suelen aducir la calidad de vida y el coste económico como razones para no intervenir pero lo cierto es que la inacción supondría un perjuicio mucho mayor y un coste económico de proporciones colosales. A lo largo de la historia, las condiciones de vida de la humanidad han ido mejorando de forma gradual y sostenida. Cada año que pasa ha ido aumentando la esperanza de vida, la vacunación, la escolarización y el acceso a medicina primaria, al tiempo que se ha ido reduciendo la pobreza, la tasa de muerte infantil, la analfabetización, la desnutrición y el número de muertos en conflictos armados. El riesgo que corremos es que, por primera vez en la historia humana, esta tendencia se revierta.

Opinión

Y hasta aquí la parte de ciencia y análisis objetivo y desapasionado. Ahora voy a dar mis opiniones personales sobre unas cuantas cosas. Para eso es mi blog.

Ideología

Existen varias corrientes dentro del sector del escepticismo climático. Una parte tiene que ver con intereses económicos de personas que trabajan directamente en sectores relacionados con los combustibles fósiles (también, lógicamente, por el otro lado habrá individuos vinculados a sectores con intereses opuestos como los de las renovables). Pero la componente más importante es ideológica. El movimiento surge de EEUU, concretamente de la derecha más conservadora. Recordemos que muchas de las grandes fortunas y élites políticas de ese país tienen importantes vínculos con la industria del petróleo. También entre los demócratas pero en menor medida. Estos vínculos los podemos ver reflejados en las donaciones a los partidos políticos. La información sobre quién recibe dinero de quién es pública y abierta. Cualquier ciudadano puede acceder a ella. En esta web[30] podemos consultar las aportaciones de los diferentes sectores a los partidos políticos. En particular encontramos que el total de donaciones de la industria petrolífera a los congresistas republicanos es 5 veces mayor que a los demócratas. Estas conexiones políticas se acaban filtrando a la sociedad, trasladando la polarización del debate político a un terreno que debería ser estrictamente científico. Esta es mi opinión pero existen otras posibilidades. Por ejemplo, hay quien piensa que podría tratarse de un sesgo cognitivo, que realmente el cerebro de las personas con ideologías diferentes presta atención a diferentes elementos y por eso acaban teniendo una percepción diferente de las situaciones[31].

Aunque los individuos tengan sus propios sesgos, el sistema científico acaba generando conocimiento que es políticamente neutro. De hecho este conocimiento es con frecuencia atacado desde posturas anticientistas que se pueden encontrar a ambos extremos del espectro político. Si bien por la derecha existen pseudociencias como el negacionismo climático o el diseño inteligente, también la izquierda tiene su propia variedad de supersticiones y pseudociencias como las mal llamadas "terapias alternativas", la quimiofobia, la oposición a los transgénicos o incluso la anti-nuclear (que también está siendo terrible para el medio ambiente y el cambio climático). En todas estas discusiones es habitual acusar a los científicos de estar al servicio de oscuros intereses económicos o políticos. Cuando te atacan tanto desde la izquierda como desde la derecha, quizás sea porque tus posiciones no están condicionadas ideológicamente.

Autocrítica 

Me gustaría expresar aquí una opinión con la que quizás vayan a discrepar (temo que incluso criticar) muchos de mis respetadísimos compañeros en el noble afán de la divulgación y el fomento de la cultura científica. Entendiendo que todas actuamos con la mejor de las intenciones, creo sinceramente que en términos generales nos estamos equivocando mucho en la forma en que hablamos al público sobre el cambio climático hasta el punto de que, sin quererlo, empujamos a mucha gente al bando escéptico. Tendemos a hablar del cambio climático en un tono que ya no es de alarma sino de pesimismo llevado al extremo de la desesperanza. Además, se transmite un mensaje de culpabilidad que a menudo genera rechazo en un receptor que habitualmente ya tiene bastantes dificultades para salir adelante con sus problemas del día a día como para que encima le acusen de destruir el planeta. Echarle la bronca a la gente y decirle que está todo perdido y que el desastre es inevitable no parece la forma más adecuada de estimular una reacción positiva ante el problema.

No soy experto en sociología ni en psicología así que si alguien con más conocimientos lee esto y cree que estoy equivocado, agradeceré la corrección, pero me parece a mí que al ser humano le generan rechazo las reprimendas y que responde con desmotivación o incluso negación ante una situación de desesperanza. Creo que la forma habitual en la que hablamos del problema del calentamiento global no hace sino alimentar las filas de los escépticos y negacionistas.

Si lo que queremos es provocar una reacción, tenemos que transmitir dos mensajes. En primer lugar, la gravedad de la situación y la enorme dificultad de la tarea a la que nos enfrentamos, desde luego que sí. Pero a continuación, es necesario e igual de importante también vender ilusión y esperanza. Sin esperanza, nada tiene sentido, ningún esfuerzo vale la pena. Lo peor que podemos hacer es provocar una depresión social a escala planetaria. La depresión es desmotivación, desinterés, apatía y, por consiguiente, inacción.

Sí hay esperanza

¿Podemos vender esperanza e ilusión para las futuras generaciones? Pues seré raro pero yo creo firmemente que sí. También tengo que decir que, aunque pensara lo contrario, mentiría, simplemente porque con la depresión no generamos nada útil. Pero no es el caso, de verdad. Ahora bien, no es un problema que vayamos a resolver de la noche a la mañana. Esta situación se ha gestado por una acción a escala planetaria a lo largo de un siglo. Por tanto, lo lógico es que su solución venga de un esfuerzo a escala igualmente planetaria y en tiempos casi tan largos. No ganamos nada culpando a unos países u otros por producir más o menos contaminación. La economía mundial es global y, si China contamina mucho, es precisamente porque en sus fábricas se producen los productos que todos consumimos. Además, como me he cansado de repetir, la gente es igual en todas partes cuando se consideran grandes grupos. Solo cambian sus circunstancias históricas y culturales. No hay razón para pensar que unos países sean mejores que otros y que no hagan lo mismo en circunstancias similares.

La fusión nuclear está en el horizonte de nuestra generación. Muchos lectores estarán pensando aquello de "la fusión siempre está a 30 años vista pero nunca llega". Cinismos aparte, el caso es que es habitual que los proyectos realmente ambiciosos e innovadores tengan retrasos y sobrecostes. Recordemos la historia del Hubble o el JWST, sin ir más lejos. Ocurre porque al empezar el proyecto no se tiene un conocimiento claro de todos los problemas que se van a encontrar por el camino. Esto mismo ha venido sucediendo con la fusión con problemas como la inestabilidad del plasma. Pero a día de hoy ya conocemos todos los problemas, hasta el punto de que somos capaces de producirla en laboratorio de forma experimental. Se ha hecho en Alemania, EEUU, China y Corea y pronto se unirán más experimentos. El reto es conseguir que la reacción dure lo suficiente como para que sea rentable, es decir, que se obtenga más energía que la que tenemos que invertir para calentar el plasma. Me resulta muy evocadora la analogía con nuestros antepasados cavernícolas intentando dominar el fuego mientras la brisa apaga una y otra vez sus fútiles intentos de prender la llama. Pero lo consiguieron, cambiando así drásticamente su modo de vida y posibilidades de supervivencia. No veo razón para que nosotros no lo hagamos, si ponemos suficiente empeño y recursos. A día de hoy la producción no es rentable pero se entiende bien lo que se necesita para que lo sea. Es una simple cuestión de hacer que dure más. Y esto lo que implica es un reactor grande y costoso. Algo como el ITER, que se está construyendo en Francia pero es un enorme proyecto internacional.

La fusión nos dará una fuente de energía virtualmente ilimitada, segura y limpia. Alguien aquí objetará aludiendo al flujo de neutrones o la producción de tritio. Pero realmente son pequeños detalles prácticos de resolución relativamente sencilla, especialmente si lo comparamos con el grave impacto que produce nuestra generación actual de energía que, además del problema climático del que estamos hablando, también es responsable de ocho millones de muertes al año. Lo cierto es que los plazos de construcción del ITER no han cambiado en los últimos años. La construcción terminará dentro de seis años y luego harán falta varios años más de operaciones con el plasma hasta llegar a su pleno rendimiento. ITER es el proyecto más importante y ambicioso en toda la historia de la humanidad (ya dije que iba a dar opiniones) y de su éxito depende el futuro de nuestra civilización. Desde la entrada de China y la India, este es el primer proyecto científico-tecnológico en la historia que representa a la mayor parte de la población del planeta. Me parece que este dato está cargado de un simbolismo muy profundo. Al enfrentarnos a una crisis de escala global, la humanidad ha sido capaz de unirse para colaborar en una gran empresa de avance del conocimiento.

Aumentar la producción de energía de fuentes renovables debe ser también un objetivo prioritario, aunque lamentablemente no va a ser suficiente mientras no se produzca una gran revolución en la tecnología de baterías. Necesitaríamos sistemas de almacenamiento que puedan escalar a niveles industriales, de larga vida útil (tanto en tiempo como en número de ciclos) y cuya fabricación y desecho sean relativamente benignas con el medio ambiente. Una revolución así podría producirse en cualquier momento, ya que existen varias líneas de investigación muy prometedoras. Mientras tanto, opino que no es sensato reducir la producción de energía nuclear de fisión. Es cierto que la fisión genera residuos tóxicos pero también lo hace la quema de combustibles fósiles, que los residuos de la fisión tardan muchos años en desaparecer pero también los de la combustión permanecen para siempre en nuestra atmósfera, y que existe el peligro de accidentes pero lo cierto es que cada minuto  la energía que producimos quemando fósiles en modo normal mata más gente de la que ha muerto en toda la historia de la energía nuclear. No estoy diciendo que sea una buena solución al problema pero, basándonos en los datos, parece obvio que es mucho peor tener centrales térmicas que nucleares. Al menos durante un periodo de tiempo transitorio hasta que tengamos una solución más satisfactoria, como la fusión, deberíamos considerarlas como una opción mucho más respetuosa con el medio ambiente y con la vida humana[32].

Finalmente, se ha propuesto recurrir a elementos de geoingeniería, como sombrillas espaciales en el punto de Lagrange L1 o esparcir alguna sustancia en la alta atmósfera que pueda bloquear parte de la luz solar incidente. Si bien estas opciones son interesantes como remedios desesperados para evitar males mayores, distan mucho de ser una solución ideal al problema. En primer lugar porque solo actuarían sobre el calentamiento global pero no sobre los otros efectos perniciosos del cambio de composición química de la atmósfera, como las muertes por contaminación, la acidificación de los océanos, etc. En segundo lugar el coste sería enorme. No tengo datos pero se me hace difícil imaginar que pueda ser menos costoso que las otras opciones existentes. En tercer lugar, ninguna de estas opciones se encuentra en un grado de madurez suficiente y probablemente serían proyectos que requieran un tiempo muy largo para poder evaluarse, diseñarse y ejecutarse.

No comparto esa visión tan extendida según la cual les estamos dejando un futuro ominoso a las generaciones futuras. Si bien es cierto que les vamos a dejar problemas serios, también creo que nuestros hijos y nietos verán los días de la opulencia energética. Es difícil imaginar cómo serán esos tiempos porque tendrán los recursos para acometer cualquier proyecto que se propongan. Podrán erradicar el hambre, limpiar la atmósfera y los océanos o explorar el espacio. En última instancia, la energía es el recurso fundamental que lo posibilita todo. Ese será nuestro legado a las generaciones venideras. ¡Cómo me gustaría ver lo que hacen con tan asombroso poder!


Comments

  1. Claro, sólido, objetivo y esperanzador. Al hablar de su blog, Héctor parece avergonzarse un poco de la extensión de las entradas. No hace falta, porque seguir su prosa es un agrado. No hay palabras de más, sino las que se requiere para dejar las cosas meridianamente claras.

    La imagen que proyecta la ciencia en buena parte del público, la menos ilustrada, suele ser la de una actividad fría, aséptica, poco empática. Es difícil cambiar esa percepción leyendo sólo papers científicos, más bien uno tendería a confirmarla. Lo bueno de este blog es que un científico puede poner sobre la mesa todo lo que hay de profundamente humano en la ciencia. Tan propio de la humanidad como buscar la belleza o cultivar la armonía y la paz espiritual, lo es intentar comprender el mundo, buscar nuestro lugar en el universo.
    Gracias, sinceramente, Héctor, por esta nueva entrada en el blog.

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  2. Magnífico artículo, Héctor, de acuerdo en el 99% +- 1% :) de lo que expones. Textos como éste deberían estudiarse y debatirse en los institutos, universidades y, porque no, en los parlamentos.

    Enhorabuena.

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  3. Hasta ahora no había tenido la oportunidad de completar la lectura. Impresionante. Además, con un final feliz. Gracias por escribir.

    Si te dan 30 minutos en Naukas...

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  4. This comment has been removed by the author.

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  5. Sensacional, Hector.
    Muchas gracias por invertir tu tiempo compartiendo estas ideas así como el trabajo semanal en Coffee Break.
    Mis hijas y yo esperamos el programa con ilusión.
    Un abrazo

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  6. Estupenda entrada. Ha sido un placer leerla, y descubrir que no estoy solo defendiendo el medio ambiente y al mismo tiempo el mantener la fisión nuclear, que es muy segura (si no dejamos que las compañías eléctricas o los políticos la mangoneen) hasta que podamos abandonarla por la fusión. Incluso sueño con que un día encontremos la manera de neutralizar los elementos radiactivos generados y haya vastos territorios de desiertos llenos de centrales solares, que nos darán energía a todo el mundo y riqueza para los pueblos pobres donde se asientan.

    La labor didáctica, el gran trabajo de desmontar todas las afirmaciones falsas con argumentos claros y fáciles de entender para todos, el tratar de ser ecuánime, es encomiable.
    Diría eso de que "cuando sea mayor quiero ser como Héctor Socas", pero me temo que llego tarde, el mayor soy yo.

    Me conformo con leer y escuchar a un gran divulgador, buen científico y ecuánime persona. Grandes personas nos han dejado, pero veo con enorme agrado que otras les sustituyen. Eso me hace tener algo muy raro en mi, fe, pero en este caso en la Humanidad.

    Gracias y un abrazo desde Zárágózá.

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  7. Merece la pena leerlo.
    La conclusión, muy clara, es esperanzadora e inclusiva: vale para los alarmistas y los negacionistas.

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  8. Excelente reflexión con mucha sensatez.
    Enhorabuena, necesitamos gente como tu que aporta.

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  9. Muy buen texto, Héctor. Has resumido y explicado mi postura durante el último año, a pesar de que soy un lego en la materia y solo conozco lo poco que recuerdo de bachiller y lo que colegas divulgadores intentan explicar.

    Hablando de expertos en sociología, hay un compatriota tuyo que hasta ha escrito un artículo (!) desmintiendo las supuestas pruebas de que exista emergencia climática antropogénica y culpa a las empresas energéticas, petrolíferas..., capitalistas en general. Por supuesto, critica y acusa con actitud sosegada y con una retahíla de argumentos que van desde gráficas sacadas de la manga hasta titulares de prensa, pasando por argumentos de autoridad y vocabulario (pseudo)científico. En su día, J. L. Crespo tuvo una discusión con él, y aun así seguía en sus trece... y sigue en sus trece. Quizá lo conozcas ya; si no, te lo enlazo y (si te apetece) le echas un ojo a su verborrea: shorturl.at/cdwB5.

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  10. Felicidades Héctor. Sinceramente te agradezco el tiempo que dedicas a la divulgación, y la pasión con que lo haces, que se nota en el empeño que pones en no alejarte del debido rigor científico. La extensión de tus textos no es más que muestra de tu honestidad como científico, procurando dar toda la información que puedas, con sus fuentes respectivas, para que los demás lo contrasten.
    No puedo más que quitarme el sombrero.

    Un saludo.

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  11. Enhorabuena, un articulo muy interesante. Vaya por delante que no soy ni escéptico del cambio climático ni negacionista, pero voy a hacer una pregunta que puede parecer una pega. Hablas de que no ha habido una subida de temperatura como la actual en los últimos 20000 años, y mi pregunta es ¿ tiene sentido comparar las medidas de los últimos 100 años (con su precisión, su significación estadística y su resolución en el tiempo) con las medidas del resto del periodo?.
    Muchas gracias(aunque no contestes) por molestarte en escribir esto y por toda la divulgación que haces.

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  13. Muy Bueno. Racional, equilibrado, huyendo del alarmismo de "nos estamos cargando el planeta" y aportando datos y evidencias. Lo he recomendado a amigos escépticos, que ante tanta ideología del cambio climático y tanto alarmismo habían empezado dudar de todo. Y el artículo les ha cambiado su manera de ver el problema. Enhorabuena

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  14. Gracias Hector por tu tiempo, no se como haces!!

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  15. Hay un par de erratas en el texto, que por otra parte me parece muy acertado: "coneptos" por "conceptos", y "entendiendo que todas actuamos" por "entendiendo que todos actuamos".

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    1. Me parece que la primera es un error tipográfico, pues falta una "c" (o la constatación cuántica de que la probabilidad de que desapareciese esa letra se ha confirmado) , pero la segunda no, pues pienso que es el uso del plural genérico en femenino que nos identifica a todas las personas y que le da un valor distinto a los textos y formas de hablar por el feminismo que encierra esta fórmula en sí.

      Vamos, que es para que se note que nuestro lenguaje encierra una desigualdad en el trato de género que algunas estamos dispuestas a poner en valor, y así no se nos olvida.

      Te recomiendo que escuches el podcast de Coffee Break: Señal y Ruido, y así me entenderás mejor, además se aprende un montón.

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  16. Sin intención de negar o afirmar nada, tengo varias dudas sobre los gráficos históricos de temperatura: ¿las mediciones representadas anteriores al inicio de la revolución industrial son tan extensas (a lo largo de todo el planeta) y precisas como las representadas después? ¿Los datos sobre la temperatura global de hace 5.000 años se conocen con precisión para intervalos temporales inferiores a los 100 años? Gracias.

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  17. Amazing website http://verifiedspellcaster.com I really recommend this. Greetings.

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